A lo largo de la historia, se han ido sucediendo distintas revoluciones industriales. Cada una de ellas representa una serie de transformaciones y de cambios en el mercado laboral. Hoy en día, nos encontramos transitando la cuarta revolución industrial, de la mano de un cambio climático que ya no puede ocultarse y observando un mercado laboral y académico cada vez más orientado a la digitalización. Esto lleva a que se generen nuevos desafíos de cara a las nuevas generaciones y su inserción en el empleo. Es entonces donde la formación y la construcción de nuevas habilidades se torna indispensable para seguir aprendiendo y para poder acceder al mercado laboral y progresar en él.
Según explica el BID:
“América Latina y el Caribe enfrenta inmensos desafíos para promover el desarrollo de habilidades en la adolescencia. En la región, solo 60% de los estudiantes se gradúan de la escuela secundaria, y de ellos, apenas 19% cuenta con las habilidades básicas para acceder a buenos empleos o seguir estudiando. Y las cifras son todavía más preocupantes en el caso de los grupos vulnerables. Solo 37% de los adolescentes más pobres se gradúa de secundaria, y en el caso de los afrodescendientes, la tasa es de apenas 30%. Tras el COVID-19, se espera que un número muy grande de estudiantes no volverán a la escuela, potenciando el problema de deserción escolar que observamos hoy en día”.
Datos de adultos jóvenes y adultos
En promedio, la educación posterior a la escuela secundaria en adultos jóvenes es baja e inequitativa en la región latinoamericana. Si bien hay diferencias entre los países, el promedio muestra que solamente el 25% asiste a alguna educación luego del secundario. Además, con la pandemia, ha quedado en evidencia el acceso inequitativo a la tecnología necesaria para acceder a plataformas de formación y empleo en línea.
Sobre los adultos, más de la mitad no contaba con habilidades básicas de alfabetización y resolución de problemas en la región antes de la pandemia, a la vez que cerca del 40% no contaba con habilidades digitales. Esto lleva a un peor desempeño y una reducción sustancial de oportunidades en el contexto actual. Los más afectados son migrantes, afrodescendientes e indígenas.
¿Cómo favorecer el desarrollo de nuevas habilidades?
En este contexto, la construcción de nuevas habilidades y, en particular, de habilidades digitales, es algo fundamental para el desarrollo personal y profesional. Lo primero que hay que tener en cuenta en este sentido es que, hoy, es posible acceder a muchas formas de adquirir conocimientos que permiten acumular habilidades y técnicas a cualquier edad. Es importante desmitificar la idea de que los aprendizajes tienen que aparecer en la niñez. Las posibilidades formativas que ofrece la tecnología hoy en día son muy importantes. Pero, además, las habilidades necesarias para los nuevos tipos de trabajos van cambiando. En este sentido, el BID propone potenciar el desarrollo de habilidades en la región a través de las siguientes líneas:
- Asegurar el acceso a oportunidades de aprendizaje de calidad y pertinentes a lo largo de toda la vida.
- Desarrollar mecanismos de financiamiento para mejorar la eficiencia y cobertura de las oportunidades de generar nuevas habilidades.
- Reforzar mecanismos de aseguramiento de calidad y relevancia, promoviendo una mejora en las oportunidades de aprendizaje que sea continua.
- Promover la generación y uso de evidencia para el desarrollo de habilidades.
- Favorecer el uso de tecnología para ampliar el acceso equitativo a oportunidades de aprendizaje.
