La automatización y el trabajo del futuro

El mercado laboral se encuentra, desde hace tiempo, experimentando profundos cambios y transformaciones. Estos se deben especialmente a la incorporación de las nuevas tecnologías, de la mano de la inteligencia artificial y de la robótica. Pese a ello, América Latina y el Caribe parecía continuar sin demasiada influencia en este sentido. El BID sostiene que esto se debe a que, por lo menos hasta antes de la instalación de la pandemia del coronavirus, la adopción de este tipo de tecnologías había sido relativamente lenta en la región. Pero las transacciones internacionales de las economías globalizadas llevan a que se tenga que tomar en consideración la automatización y también la adaptación a un marco global.

Explica el BID que:

“Es difícil realizar pronósticos sobre el futuro, pero diferentes análisis anticiparon que cerca del 47% de los empleos en Estados Unidos y más del 60% para varios países de América Latina y el Caribe se encuentran en riesgo de ser automatizados. Esto puede tener sentido, ya que en países desarrollados la introducción de robots ha tenido un efecto negativo sobre el empleo total y los salarios.

La evidencia para nuestra región aún no existe, pero se prevé que estos impactos directos de la automatización no sean tan negativos porque la penetración de robots todavía no es muy significativa. De cualquier manera, el destacado economista Daron Acemoglu afirma que el cambio más importante en los mercados laborales en los últimos 30 años ha sido la caída del valor del trabajo como parte del ingreso total de los países, a medida que la automatización se va abriendo camino”.

Los efectos directos de la automatización

La digitalización de los procesos y la inclusión de la inteligencia artificial y de la robótica han transformado radicalmente el mundo del trabajo. A medida que el tiempo pasa, la tecnología ocupa un rol cada vez más importante en todos los sectores de la economía. Ha generado nuevos tipos de empleos, pero también ha cambiado la forma de llevar a cabo muchas tareas. Además, ha cambiado las habilidades que se empiezan a solicitar en el mercado laboral. De hecho, desde que comenzó la pandemia del coronavirus, la tecnología ha sido clave para el desarrollo de las actividades laborales y la continuidad del ámbito productivo y del trabajo en distintos sectores durante las medidas restrictivas.

Los efectos indirectos

Pero además de los efectos directos mencionados más arriba, el BID hace hincapié en los efectos indirectos de la incorporación de estas tecnologías. En este sentido, son efectos que se dan en otras economías que tienen relaciones comerciales con los países que implementan estas tecnologías. Se considera que la automatización es capaz de dar lugar a un proceso de reshoring, reduciendo la necesidad del trabajo humano y, por tanto, los costos laborales de producción.

Un estudio del BID sobre el impacto indirecto que la automatización en Estados Unidos tiene sobre tres economías latinoamericanas, da cuenta de que la automatización está generando pérdidas de empleo en la mayor parte de los países del mundo. Se ha dado cuenta de un efecto negativo en el empleo y en los salarios en países como Brasil y Colombia. Esto se podría explicar por una mayor capacidad para producir de manera doméstica, reduciendo la necesidad de producir en países con menor costo de la región. Pero, en el caso de México, cuya economía está más ligada a la economía estadounidense, el impacto que se ha visto es positivo.

Desde el BID se considera que es posible lograr que la automatización aumente la productividad en diversos países y, por tanto, la necesidad de insumos fabricados en otros países. En este sentido, se pone énfasis en las relaciones comerciales entre estos países.

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